100% mucho mas que pura fibra optica

26.1.06

¿QUE ONDA EN FLEMING?


Hace ya casi 8 años que me alejé de mi San Miguel natal para mudarme a este indefinido rincón del barrio alto llamado “Fleming”. Es cierto que mi padre venia de Ñuñoa y la familia de mi madre ya había tenido una casa en la calle Colon, sin embargo El Llano era nuestra tierra. En aquellos tiempos cuando me cambié, muchos acusaron a mi familia de "vendida", por el hecho de mudarse a las Condes, después de haber defendido por tanto tiempo el discurso de la ciudad segmentada. Nadie creía nuestra historia de que nos cambiábamos a estos lares por una oportunidad de compra ligada a un conocido, sino que preferían creer que por fin cumplíamos el sueño aspiracional de poder pronunciar "Las Condes" cada vez que nos preguntaran nuestro domicilio. Divertida fue por otro lado la reacción de aquellos que daban por hecho nuestra cruzada arribista y trataban de derribarla diciendo que nos cambiábamos a la "vergüenza" del barrio alto...que Fleming no estaba en Las Condes, sino que en Peñalolen!!!..,que Fleming no era mas que un reducto Floridano transplantado a tierras nobles,... por nombrar algunas de las cosas que se escucho decir en esos días a algunas víboras.
En realidad para nosotros conflicto no había. Por años habíamos predicado la doctrina del anti clasismo, y llegar a vivir a las Condes no era mayor desafío viendo las cosas de esa manera. Es cierto eso si que "Fleming" en especifico, es un barrio que, pese a ser muy agradable, está lleno de “enfermos”. Conformado por vastas poblaciones, repletas de bonitas plazas y parques, construidas en la época de Allende, las que se hicieron justamente con la idea de democratizar la comuna, al estilo de la "Villa El Dorado" en Vitacura. Hoy los matrimonios jóvenes inundan el sector, pestilentes de arribismo y de apariencias, tratando de convertir pequeñas casas de pocos metros cuadrados en mansiones al estilo La Dehesa, cortando árboles para poder estacionar tres autos fuera de las rejas que valen mas que la casa completa. Es mas, es sabido que en muchas empresas, de estas que andan bien claras en temas éticos, es requisito para cualquier cristiano que quiera ascender a puestos superiores, vivir en una de las cuatro comunas sagradas que componen el verdadero barrio Alto. "Fleming" es una manera económica de lograrlo, sin tener que rebajarse a vergüenzas como “Colon 10.000”, barrio para algunos vecinos verdaderamente innombrable. Por aquí, desagraciados perros de razas caras pasan horas encerrados en minúsculos espacios que bien recuerdan los patios de cocina de una casa en Puente Alto. Nada aquí habla de tradición de clase media instruida, ni de añosas casas de viejos con onda, al estilo del Llano Subercaseaux o de Ñuñoa. El barrio se defiende con una infraestructura comunal que demuestra que bien vale la pena compartir contribuciones con las familias mas ricas de Chile: jardines muy bien regados, árboles frondosos, pavimentos inmaculados e iluminación callejera en permanente despilfarro de energía.
Es cierto que si habláramos de barrios de clase media, necesariamente deberíamos hablar de todo el Santiago ubicado entre Bilbao, Apoquindo, Tomas Moro y la cordillera. Sin embargo, por acá en realidad nadie quiere hablar de eso, pues la mayoría si que se siente realizada del poder decir Las Condes a la hora de nombrar su comuna, y no les interesa aclarar la confusión que un barrio como Fleming puede generar en el Santiaguino promedio. A mi por mi parte me ha costado sentir esto como mío, pero de a poco lo he ido queriendo. Pienso que los barrios tan pegados a los cerros nunca van a ser 100% agradables, pero hay que dar tiempo al tiempo y quien sabe algún día "Fleming" llegue incluso a tener onda.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

a q casa se refiere ud cuando habla del patio de cocina de una vivienda de la populosa comuna de pte. alto?

no sera acaso una q esta cerca del mitico CERRO BALLENA?, q debe su nombre a su cetacea forma.

anyway, el tema de los barrios da para mucho. resulta curioso como el concepto de barrio practicamente desaparecio del inconciente colectivo. ya nadie ubica las cosas en esa humana escala pueblerina de antes... salvo los barrios q se marketean, como el Barrio Universitario, el Barrio Suecia, el Barrio Bellavista, etc.

a mi lo q me intrigan son los barrios q no parecen ser de la comuna en la q se incrustan. como el barrio de los anticuarios de providencia, cerca de sta isabel. un lugar sacado de otra era q se mantiene dignamente a pesar de la creciente "bohemizacion" de los sectores aledaños.

comprendo ese sentimiento de apego al lugar donde uno crecio. para mi pte alto sigue siendo mi lugar. lamentablemente el longi se ha encargado de transformarlo en un far west piruja. pero cada vez q voy a ver a mis viejos no puedo dejar de pensar en todas las cosas q vivi en esas calles, en mi barrio, "la papelera" -el 3r bajo, eso si, para los q cachan nomas-, q es de donde viene mi abuelo, mi papa y yo.

me acuerdo cuando la calle era de tierra y las casas no tenian reja (!), nos quedabamos hasta tarde en la calle jugando al tombo, al tarro, a alto o alguno de esos juegos en vias de extincion entre tanto play station. la diversion mas moderna era el taca taca de don yuri. o los juegos de don juan palma (aka juan pacman). cien pesos era una fortuna. a veces la gente salia a tocar la cacerola y uno no cachaba muy bien q pasaba, pero igual le pegaba a la olla de la comida del perro. habia olor a neumatico quemado... sonaba la tanda de la cooperativa o la marcha de la mineria... aveces salia en viejo dando sus discursos con ese tonito de perro chillon.

despues vino la pavimentacion de la calle -con adoquines!!!-, los amigos ya no jugaban a la pelota y se "producian" pa ir a ver a las niñas del 2do bajo... la niñez se habia terminado. o por lo menos para mis socios. llego la telefonia (8507174 era el numero de mi casa) y las cosas se empezaron a poner mas complejas...

pero esa es otra historia.

un orgullo. pte alto, la comuna del futuro.

bonita reflexion alvarado, ud siempre tan pendiente de los detalles cotidianos.

un saludo desde tobalaba.

Anónimo dijo...

el del post de arriba era yo. no se por q se borro mi nombre. cosas de la modernidá.

Anónimo dijo...

ANtguamente -muy antiguamente y en otras partes- uno solía ser llamado por el nombre de pila. Para diferenciar entre tanto Juan, Pedro, John y Pierre, empezaron a usar el lugar de origen de la persona como modificación. Leonarda Da Vinci, Pedro de Oña, Francisco de Asis. No sin sabiduria, la gente parecía intuir que de donde venias era consustancial contigo; un organo palpitante y decisivo como cualquier otro.

Naturalmente nuestros rapidos tiempos no tiene momento para tales identificaciones y nuestros apellidos, si bien igual de arbitrario que el lugar de nacimiento, se nos imponen en forma rígida. Pero supongo que está bien, pues, de donde somos de todas maneras? Esa es una respuesta demsiado dificl de contestar ahora. Alvaro de Fleming? Alvaro del Llano? Alvaro de las Condes? Alvaro de San Miguel? alvaro de Santiago?...nuestra identidad urbana difusa se reflejaría duramente en nuestras identidad individuales. No creo que podamos vivir con eso.

Anónimo dijo...

Yo me preguntaría despues...¿Qué onda con la onda?. Porque mientras leo los comments y las reflexiones, me pregunto: ¿Que esperan ustedes de los lugares donde viven?. Yo no sé aún cuando un lugar tiene onda, más bien, cuando un lugar llega a sintonizar con la onda de uno, porque eso es lo que debes esperar de Fleming, de La FLorida o de Pte Alto; "la onda de uno es la del barrio" es bastante lógico (y esperable, más que mal los barrios no son nada mas que personas) pensarlo así, pero hoy en día Santiago no responde a ondas, sino a políticas urbanas aceleradas y a configuraciones que hacen imposibles que lugares como Fleming, San Pablo o Santa MArta de Huechuraba sigan teniendo lógica, y por consiguiente "onda".

Daniela Toledo dijo...

aay... fleming fleming, cómo olvidar esas tardes post colegio donde lo único interesante era echarse en la plaza con las amigas, porque claro, nada podría pasar.
aún recuerdo cuando salimos con dos amigas, con la pendeja ilusión de rayar murallas (sobre todo la del colegio), cosa que por supuesto, no hicimos, por darnos cuenta que la culpa y la falta de necesidad de destruir la propiedad ajena nos convertían en un trío de ineptas burguesillas al enfrentarnos a las murallas inmaculadas de nuestro barrio escolar.
tal vez el mayor pecado de fleming (si lo tiene)es ser tan seguro, que se aleja del caos del paseo ahumada o del delicioso tráfico de irarrázaval, por ejemplo.
es un barrio inerte en ese sentido, con harto pantalón beige y camisa celeste (no mencionaré marcas para proteger la integridad laboral), pero me es imposible odiarlo.
no has pensado que la sobreexposición y el exceso de "onda" atenta en igual cantidad el nivel de vida? dicen por ahí que lo cool nace de lo in y lo out, y a veces el mocasín café puede resultar una joya si se le busca el compañero adecuado. mi humilde opinión.